Jens, sin hogar, quiere quedarse en la parada.
Oschatz - Aún está allí. Desde hace semanas. En la parada de autobús de la calle Dresdener en Oschatz. Entre mantas, bolsas y un grueso saco de dormir, Jens Kloß (56) desafía el viento y el tiempo. “Quiero que me vean”, dice con determinación.
El hombre sin hogar se ha convertido en símbolo – para muchos que no tienen vivienda y para una ciudad que lucha contra este problema.
“He pasado la noche en otro sitio de vez en cuando, pero ahora estoy de nuevo aquí. La gente me trae comida, bebidas, mantas… eso me da fuerzas”, cuenta Jens.
Según la normativa, el banco donde duerme debería ser demolido. Pero eso no ha ocurrido.
“Por ahora estamos contentos de que el banco siga en pie”, dice Cindy Friedrich (37) de la Tafel Oschatz, que abastece a Jens con comida todos los días.
“No quiere desaparecer simplemente; quiere enviar un mensaje a todos los que viven en la calle.”
Los ayudantes esperan que también la ciudad de Oschatz se interese por el caso.
Junto con otros voluntarios, ha logrado organizar algo: Cada lunes a partir de las 17 h se reúnen colaboradores, personas necesitadas y simpatizantes en la mesa de ayuda de Oschatz (Lichtstraße 6).
«Quizá también venga alguien del ayuntamiento. Porque lo que realmente importa es resolver el problema y no echarlo a un lado», dice Friedrich.