Después de la muerte de su madre y su hermana: el Hospital de Dresde protege a la mujer del mismo destino
Dresde - Una dresdeña (42) había presenciado en varias ocasiones cómo un aneurisma cerebral ponía fin de forma abrupta a la vida de seres queridos. Cuando finalmente le detectaron uno a ella, buscó claridad.
Como el Klinikum Städtische Dresden comunicó, Franziska Pöche‑Hollenberg tuvo que soportar una tragedia tras otra: tanto su hermana (†39) como su madre (†62) fallecieron a causa de las secuelas de un aneurisma roto.
Estas vivencias no la dejaron en paz. Preocupada por su propia salud, empezó a someterse anualmente a una resonancia magnética, hasta que un día le detectaron varios aneurismas pequeños.
Para Franziska eso marcó el inicio de una etapa llena de incertidumbre, dominada por el miedo, la esperanza y el deseo de claridad. “Quería, por fin, tener certeza”, afirma.
Gracias a una angiografía digital de sustracción (DSA), que permite visualizar las estructuras más diminutas del cerebro, se confirmó de forma inequívoca la presencia de un aneurisma que tuvo que ser tratado de inmediato.
El aneurisma pudo ser extirpado mediante microcirugía.
Bajo la dirección del Dr. Florian Stockhammer, se extirpó microquirúrgicamente el aneurisma.
La intervención fue exitosa y, solo unos días después, Franziska pudo abandonar el hospital.
Hoy la mujer de 42 años luce su cicatriz con orgullo: “Me costó mucho tiempo poder salir de casa sin vendajes. Ahora estoy simplemente agradecida, por la tecnología, el equipo y la oportunidad de seguir viviendo”.