Placer futurista: el youtuber "Tomatolix" explora el burdel de muñecas sexuales cibernéticas en Berlín

Berlín - Entre tecnología e intimidad: Tomatolix, con nombre civil Felix Michels (31), ofrece en su último video de YouTube un vistazo detrás de las puertas del "cibrobordello" en la capital del estado.

Con sus experimentos personales variados, el youtuber Tomatolix (31) llega ahora a más de dos millones de personas.
Con sus experimentos personales variados, el youtuber Tomatolix (31) llega ahora a más de dos millones de personas.  © Screenshot: Instagram/tomatolix

"El primer hotel de muñecas inmersivo del mundo", así describe el cofundador Philipp Fussenegger (35) al youtuber el concepto del llamado "Cybrothel".

Explica que los visitantes pueden vivir allí juegos de roles fantasiosos y en parte futuristas con muñecas sexuales detalladas.

Cada muñeca está diseñada individualmente y trae su propia historia, desde la "cazadora de espermatozoides que atrae a los hombres" hasta la "dama madura y voluptuosa".

Los huéspedes también pueden reservar extras como cine, gafas de realidad virtual o interacciones de voz e incluso se está desarrollando una comunicación apoyada por inteligencia artificial con las figuras.

Tomatolix puede echar un vistazo a un porno de realidad virtual. "Esto es mejor de lo que pensaba", dice el hombre de 31 años.

"Puedes pasar la noche entera aquí, ver pornos y muchos clientes vienen aquí porque no quieren ser infieles a sus parejas", cuenta Philipp.

Al responder a la pregunta de si una muñeca sexual no es considerada infidelidad, él dice: "Para muchos no, no".

Solo hay que seguir algunas reglas durante la visita, como ducharse antes, no dañar las muñecas y, en su caso, pagar una pequeña "tarifa de limpieza".

Ninguna vergüenza en el "cibrobordello"

Los invitados pueden interactuar con la muñeca sexual de manera completamente privada en una habitación. (Foto simbólica)
Los invitados pueden interactuar con la muñeca sexual de manera completamente privada en una habitación. (Foto simbólica)  © 123rf/alexkoral

El cofundador Philipp describe el lugar como un "lugar de autocuidado" y quiere evitar la comparación con un burdel tradicional a pesar de las similitudes: "Aquí se trata de masturbación", explica.

Un cliente habitual, con quien Tomatolix charla, lo ve de manera similar. Para él, la oferta es "no un reemplazo para el sexo, sino una ampliación".

Aunque admite que al principio hay "una cierta rareza que hay que superar", después le proporciona "un gran placer".

"El problema con el sexo es la vergüenza, y aquí no existe", justifica.

Al mismo tiempo, el visitante señala que el concepto todavía genera escepticismo fuera del "ciborbatorio": "Todavía no es completamente socialmente aceptable, como quizás se desearía, pero creo que llegará".

También el youtuber ve potencial en este modelo: "Aunque al principio pueda parecer absurdo, creo que esto podría ser una visión del futuro de la industria del sexo".