Kavala (Grecia) - Una turista británica (†59) desapareció mientras tomaba el sol en la playa griega de Ofrynio sin dejar rastro. Ahora hay una triste certeza.

Como informa la Daily Mail, Michele Bourda, que sufría graves trastornos de ansiedad y depresión, desapareció sin dejar rastro el 1 de agosto mientras su marido Chris (66) dormía a su lado en una tumbona. Dejó todas sus pertenencias atrás.

Al despertarse y no encontrar a la mujer de 59 años, entró en pánico y avisó de inmediato a la policía . Según él, los agentes no iniciaron la búsqueda hasta altas horas de la noche, “para no molestar ni alarmar a los turistas”.

El jueves declaró a la prensa británica que la policía había encontrado el cadáver de su esposa.

El desconsolado marido dijo: “Han encontrado su cuerpo. Lamentablemente lo esperaba… El problema es que la policía portuaria empezó la búsqueda muy tarde, en la noche… Dijeron que no podían encontrarla y afirmaron que había desaparecido con un hombre desconocido, pero eso es una tontería”.

Michele fue encontrada en una pequeña isla privada llamada Fidonisi, a unos 40 kilómetros de la costa donde se la vio por última vez.

Llevaba todavía el tankini que llevaba cuando desapareció. Su cuerpo estaba muy descompuesto, parcialmente devorado por peces y le faltaba la cabeza.

Aún se desconoce cómo llegó a la remota isla y las autoridades están investigando el caso.

Su esposo Chris ha acudido ahora a la fiscalía para quejarse del actuar de la policía griega.

Critica que la búsqueda se iniciara demasiado tarde, a pesar de que él había señalado expresamente que Michele sufría graves trastornos psicológicos y que no era la primera vez que desaparecía.

Michele habría sufrido episodios depresivos recurrentes a lo largo de varios años, lo que provocó que desapareciera brevemente en Londres, donde la pareja vivía temporalmente. Sin embargo, gracias a la rápida intervención de la policía, Michele fue encontrada rápidamente.

Según Chris, quien describió sus últimos momentos con Michele, ella estaba “bastante feliz” el día anterior a su desaparición. La pareja había visitado a la familia de Chris en Alemania antes de volar a Grecia para pasar unos días relajados junto al mar.

Él dijo: “Ese día parecía muy feliz. Fuimos a nadar un rato, ya que hacía viento y había algunas olas. Luego pidió unos crêpes y comentó que después podríamos dormir bien. Yo me quedé dormido primero, y cuando desperté, ella ya no estaba [...] La noche anterior la había tomado de la mano y nunca hubiéramos imaginado que algo iba mal o que algo así pudiera suceder.”