Papá adoptivo llama a la madre biológica de su hija: La razón es dulcísima
Carolina del Norte (EE. UU.) – Los primeros 16 años de su vida Peter Mutabazi (51) los pasó como niño de la calle en Uganda, nunca había dormido en un colchón, se sentía indeseado y sin amor. Hoy vive en los EE. UU. , es influencer, portador de esperanza y padre. Por ejemplo, de la pequeña Isabella.

Mutabazi adoptó a la niña de diez años, al igual que a su hermano Luke (9) y al ya adulto Anthony (19). Hasta ahora, el padre soltero ha acogido en su cuidado a 47 niños más.
Su objetivo: dar dignidad a niños que a menudo provienen de entornos difíciles, mostrarles aprecio y ofrecerles una sensación de hogar.
Isabella se siente como en casa, como se ve en numerosos reels del canal de Instagram del súper papá. En el último video, que ya ha acumulado alrededor de 345 000 reproducciones, todo gira en torno a un deseo concreto de la niña de diez años: quiere hacerse los piercings en las orejas.
Mutabazi no quiere tomar una decisión tan trascendental solo. Saca el móvil y marca el número de la madre biológica de Isabella. No ha visto a su hija ni a su hijo Luke en cuatro años, pero siempre está al tanto del desarrollo de los pequeños, según contó Mutabazi en la conversación con People relató.
La madre biológica de Isabella se conmovió hasta las lágrimas al recibir la llamada.

Al teléfono, el hombre de 51 años le explicó directamente a Isabella sus planes y añadió que quería pedir consejo a su madre. “¿Cómo debería prepararla?”, preguntó el padre soltero.
“Significa mucho para mí. Me emociona hasta las lágrimas”, respondió la madre de la niña de diez años. Como consejo, le dijo que Mutabazi le hablara con ánimo y le explicara que el dolor al perforar el oído era comparable a una ligera pellizcada de su hermano.
Si nada funciona y el dolor se vuelve insoportable, probablemente Isabella pueda calmarse con un helado. “Simplemente estate allí para ella”, dijo la madre biológica de la niña.
Ahora el papá influencer sabía qué hacer. Le anunció a Isabella que su mamá había dado luz verde y se puso en marcha con su hija hacia el centro comercial más cercano para perforarse los oídos.