California (EE. UU.) – Hace unos años, Abigail Griffith (29) habría sido calificada de “exigente”. Porque cuando se trata de comida , la joven estadounidense es muy selectiva. Al confiar demasiado en el personal de un restaurante durante una visita reciente, la de 29 años se encontró con problemas.

Desde niña, Abigail se dio cuenta de que algo no iba bien con ella. “Comer era como una ruleta rusa; nunca sabía qué me haría vomitar en el baño”, dijo en una entrevista con PEOPLE.

Hace poco, en una trattoria italiana, la situación se volvió peligrosa de nuevo. Abigail y sus amigos pidieron pizza y flores de calabacín fritas, que a simple vista parecían rellenas de queso. Antes, ella informó al camarero sobre sus intolerancias, enumerando cada alimento “problemático”.

Pero sucedió lo inevitable: cuando Abigail mordió una de esas flores de calabacín, sintió que algo no estaba bien.

“Vi los copos rojos en el queso y luego percibí el sabor picante”, relató la estadounidense. Resultó que había copos de chile en el queso.

En el caso de Abigail sonó la alarma. Hace años, los análisis habían demostrado que no tolera las solanáceas, como los chiles, los tomates, las patatas, los pimientos o las berenjenas.

Su alergia no es tan fuerte como para que se desmaye al comer esos alimentos, pero aun así aparecen síntomas molestos.

«Normalmente siento un hormigueo o una ligera quemadura en la lengua y los labios, seguido de picor en todo el cuerpo; a veces me sale sarpullido», explica la joven de 29 años. El problema mucho mayor es que, en los días posteriores, se siente totalmente agotada y enferma.

«A veces tengo que vomitar y a veces tengo otros problemas digestivos», dijo Abigail, que parece no estar sola con sus padecimientos. ¡Un TikTok sobre el tema superó los 20 millones de visualizaciones!