La mafia italiana al acecho: los agricultores temen por sus cosechas
Apulia (Italia) - El miedo y el terror se extienden entre los agricultores italianos . La mafia anda suelta de nuevo y recurre a medios despiadados en sus incursiones. Pero los labradores no tienen que temer por sus vidas, ¡sino por sus aceitunas!

Según un informe del Daily Star, la mafia italiana está intentando hacerse con el control del comercio mundial de aceitunas.
Debido a las malas cosechas y al aumento de los costes de producción en los últimos años, el aceite se ha convertido en un auténtico "oro verde". Varias familias mafiosas luchan actualmente entre sí para hacerse con el mayor número posible de aceitunas.
Hace sólo unos días se produjo un robo a plena luz del día en la región meridional italiana de Apulia, en el que cinco mafiosos secuestraron un camión que transportaba aceite de oliva por valor de más de 300.000 euros.
Los robos se repiten actualmente en esta región, por lo que la organización de agricultores "Coldiretti" ha hecho ahora un llamamiento a sus miembros para que se protejan a sí mismos y a sus cultivos. Deben vigilar sus tierras con helicópteros, equipar sus camiones cisterna con localizadores GPS y solicitar un convoy policial para los transportes.
En un comunicado, Pietro Piccioni, responsable de la organización, afirma: "Durante la cosecha, los ladrones atacan las explotaciones de todo el país. Por la noche, hay que custodiar las aceitunas como si fueran diamantes y escoltarlas hasta las almazaras durante el día".
Mafiosos golpean árboles con mazos

Pero la mafia no sólo persigue el aceite de oliva ya refinado. También roban el fruto "crudo" directamente de los árboles de las plantaciones.
Los ladrones han ideado un pérfido método: se acercan sigilosamente a un olivo y tienden una red debajo para atrapar las aceitunas. A continuación, uno de los mafiosos golpea el tronco de la planta con un mazo para desprender los frutos de las copas de los árboles de un metro de altura.
Con este método, pueden recoger hasta 30 kilos de aceitunas de una planta en pocos minutos.
Pero para los agricultores es un horror. El mazo deja en los árboles daños permanentes, a menudo irreparables, de los que la planta no suele recuperarse.
Los agricultores se ven así privados no sólo de su cosecha actual, sino también de varias cosechas futuras.