Tras un fuerte ataque de estornudos: un hombre lucha por volver a la vida

Santa Cruz (EE.UU.) - Un padre de familia de 35 años del estado norteamericano de California estuvo a punto de morir por estornudar demasiado fuerte.

El ataque de estornudos rompió una arteria del cuello de Ian, provocándole un coágulo de sangre en la garganta y desencadenando un derrame cerebral.
El ataque de estornudos rompió una arteria del cuello de Ian, provocándole un coágulo de sangre en la garganta y desencadenando un derrame cerebral.  © Facebook/Screenshot/Ian Applegate

Según informa Daily Mail, Ian Applegate (35) se dirigía a ver sus caballos con su mujer embarazada Jennifer y su hijo pequeño Jon a principios de febrero. Todo parecía normal hasta que, de repente, Ian empezó a estornudar violentamente. Pero el tercer estornudo iba a cambiar su vida para siempre.

De repente le sobrevino un doloroso dolor de cabeza, mareos y una extraña sensación de hormigueo en el costado izquierdo. El ingeniero apenas podía mantenerse en pie: el dolor era tan intenso que incluso vomitó. Presa del pánico, su mujer llamó a una ambulancia.

En el hospital, el sorprendente diagnóstico: los estornudos le habían roto una arteria del cuello, provocando un coágulo de sangre en el cerebro y desencadenando un derrame cerebral.

Afortunadamente, los médicos reaccionaron con rapidez y le administraron anticoagulantes para evitar males mayores.

Ian ahora tiene miedo de estornudar

Desde el incidente, Ian ha estado confinado en la cama del hospital.
Desde el incidente, Ian ha estado confinado en la cama del hospital.  © Bildmontage: Gofundme/Screenshot/Support Ian Applegate's Stroke Recovery

Desde el incidente, Ian ha estado confinado en la cama del hospital, todavía débil y aterrorizado por el próximo ataque de estornudos. También le cuesta tragar.

Pero el valiente padre no se rinde: Se somete a rehabilitación intensiva para volver a entrenar los músculos de su lado izquierdo.

Este hombre de 35 años comparte ahora su angustiosa experiencia para mostrar a los demás lo peligroso que puede ser estornudar.

Lo que para muchos es una reacción cotidiana puede, en casos extremos, provocar lesiones devastadoras, desde costillas rotas a pulmones reventados o incluso la rotura del cerebro.