Las Vegas (EE.UU.) - Una australiana de 36 años dejó su exigente trabajo de veterinaria, se trasladó a EE.UU. y empezó una carrera de éxito en un campo completamente distinto.

Según informa el Daily Mail, Charlie Forde sólo quería en un principio ganar un dinero extra en la industria erótica para financiar sus estudios. Pero lo que empezó como una solución provisional pronto dio un giro totalmente inesperado.

Durante su estancia en la facultad de veterinaria, tuvo que lidiar con horarios de trabajo inhumanos, apenas dormía y agonizaba con un examen tras otro. A veces trabajaba hasta 130 horas a la semana.

Las noches se hacían cada vez más largas, la carga de trabajo cada vez mayor... hasta que una noche se produjo un incidente aterrador: un accidente de coche tras una noche de fiesta.

En ese momento se dio cuenta de que necesitaba cambiar algo urgentemente. Así entró en la industria del porno.

Charlie encontró una vía de escape a los estresantes días en la consulta, los clientes enfadados y los animales tristes en el mundo de esta rama.

En este sector, por fin se sintió liberada y pudo dejar atrás su enfado y la carga de los últimos días. Una buena sensación que disfrutaba cada vez más.

Rápidamente obtuvo reconocimiento, dejó su trabajo y se trasladó de Australia a Europa, donde firmó con una gran agencia. El comienzo de una carrera estelar.

Pronto conquistó la escena pornográfica internacional y decidió trasladarse a América para desarrollar su carrera.

Hoy es una figura muy conocida en la industria y se ha labrado su propio camino en el mundo de los medios sexuales.