Viena (Austria) - En ese momento, no era sólo un ángel de la guarda el que cuidaba del pequeño vienés . El niño de cuatro años sólo tenía unos pequeños rasguños tras caer desde el quinto piso de un edificio de viviendas.

Según un informe del periódico austriaco"Heute", el trágico incidente tuvo lugar el lunes por la tarde en un bloque de apartamentos del barrio vienés de Meidling.

Al parecer, sobre las 16.50 se oyó un fuerte golpe en el patio del edificio. Sin embargo, no fue porque a alguien se le hubiera caído algo, sino porque un niño de cuatro años se había caído de un piso.

Su madre iba al médico con su hija cuando ocurrió el accidente y dejó al niño de cuatro años solo con sus hermanos (de nueve y doce años) en el piso que compartían. El padre tampoco estaba en casa en ese momento.

Según las primeras informaciones, el niño debió de abrir inadvertidamente una ventana que daba al patio y perdió el equilibrio. Se precipitó desde una altura de doce metros.

Afortunadamente, cayó justo sobre una mesa de madera que había en una de las terrazas de un piso de la planta baja.

La mesa se rompió durante la caída, pero salvó literalmente la vida del pequeño, ya que amortiguó la caída.

En una entrevista con el portal de noticias, un portavoz de la Dirección Provincial de Policía de Viena declaró: "No hubo peligro de muerte". Según el informe, el niño sólo sufrió algunas abrasiones y magulladuras, un verdadero milagro dada la altura de la caída.

La madre del niño, de 45 años, se enfrenta actualmente a cargos como sospechosa de violar su deber de supervisión. También se ha llamado a la oficina de protección de menores.