Sydney (Australia) - El triste destino de Arnima, de 19 años, preocupa a la población australiana . El cuerpo de esta estudiante de medicina embarazada fue encontrado en una bañera llena de ácido clorhídrico, cruelmente asesinada por su propio marido.

Sólo llevaban cuatro meses casados, pero él no tardó en mostrar su verdadera cara.

Ahora, el asesino del baño de ácido ha sido juzgado por el Tribunal Supremo de Sydney (Australia). Así lo informa la ABC. La juez Deborah Sweeney consideró probado que Meraj Zafar mató a su esposa Arnima Hayat en enero de 2022 en el piso que compartían en el área metropolitana de Sídney. Confesó y ha sido encarcelado durante 21 años y seis meses.

Los detalles del crimen están causando horror en el tribunal, informa el diario Mirror. El trabajador de la construcción golpeó repetidamente a la estudiante de medicina, la humilló, le prohibió el contacto con su familia y controló a la joven de 19 años las veinticuatro horas del día. Después, Arnima se quedó embarazada de su verdugo.

Poco antes de morir, le escribió: "No quiero decírtelo a la cara porque tengo miedo de que vuelvas a pegarme. No quiero un hijo como tú". Su respuesta: "Cariño, tienes que dejar atrás el pasado: lo que hice no fui yo en absoluto".

La noche de su muerte, la joven suplicó a una amiga: "No tengo a nadie más que a ti", escribió Arnima, expresando su deseo de abandonar a su violento marido. "No tienes elección. Tienes que quedarte con él", le escribió la amiga. A las 21.10, Arnima respondió: "No, le odio". Iba a ser la última señal de vida de la joven.

Meraj Zafar estranguló cruelmente a la embarazada. El asesino ideó entonces un pérfido plan y empezó a buscar en Google. "¿Puede el ácido clorhídrico disolver la piel?" - "¿Cuántos años te caen por asesinato en Sydney?" eran sus consultas de búsqueda.

El asesino fue dos veces a la ferretería, compró un total de 100 litros de ácido clorhídrico altamente concentrado, metió el cuerpo en la bañera y lo roció con el ácido. Después llamó a su madre, le reveló lo que había hecho, compró un billete de avión y huyó del piso.

Cuando la policía entró en el piso, el cuerpo de Arnima estaba ya tan descompuesto que los forenses sólo pudieron identificar a la joven mediante una prueba de ADN. En el piso había un olor químico. A continuación se inició una persecución del autor del crimen. Se entregó al día siguiente y desde entonces está en la cárcel.

"Echo de menos a mi hija todos los días. Y veo su cara en mis sueños", dijo el padre Abu Hayat durante el juicio. Dirigiéndose al autor del crimen: "Has matado a mi hija. Has destruido mi futuro. Destruiste a mi familia, me rompiste el corazón".

Arnima llegó de niña a Australia desde Bangladesh con sus padres. La familia se considera integrada de forma ejemplar y regenta una pequeña carnicería en Sídney. La joven soñaba con ayudar a la gente y quería ser cirujana. Estaba embarazada de tres meses.