22 años encerrado: hombre mantenía a su hijastra como esclava sexual
Araucária (Brasil) - Es un crimen que causa horror en Brasil. Una mujer de 29 años logró escapar después de haber sido encerrada y tratada como una esclava sexual por su padrastro durante 22 años. Atención, detalles perturbadores.

La investigación se activó después de que la valiente joven lograra escapar de la casa, equipada con cámaras y abundante tecnología de seguridad.
Según el jefe de policía local, Eduardo Kruger, se trata de uno de los casos “más bárbaros” que ha presenciado. Muchos ya comparan el suceso con los crímenes de Josef Fritzl (90).
22 años en las garras de un violador: una joven logra escapar

Crónica del horror: A los siete años, el presunto agresor sexual habría abusado por primera vez de su hijastra. En ese momento aún mantenía una relación con la madre de la niña.
Sin embargo, la relación estaba marcada por la violencia. Según la policía, el hombre golpeaba a la mujer con frecuencia e incluso intentó feminicidio contra su pareja.
Aún se desconoce por qué la niña tuvo que quedarse con el agresor después de que su madre se mudara. Lo que está claro es que, a partir de entonces, el abuso se produjo casi a diario. El hombre documentó sus repugnantes actos en numerosos videos.
A los 14 años la obligó a tener relaciones sexuales con otros hombres. Si ella no mostraba ganas, la golpeaba. Dos años después, a los 16, la inocente víctima tuvo que “casarse” con su violador. En ese momento ya había experimentado dos embarazos.
Fue recién el martes cuando la ahora de 29 años logró revelarse. La valiente mujer fingió una urgencia médica y obligó a su “padrastro” a llevarla a ella y a sus hijos al médico. Poco después la policía asaltó la casa y detuvo al hombre.
El hombre de 51 años está ahora en prisión. La policía investiga, entre otros cargos, violación de una persona vulnerable, violación, lesiones graves, privación de libertad y acoso. En caso de condena, el presunto agresor sexual podría enfrentar una pena de hasta 100 años de prisión.