17 años muestra, después de varios días en la zona de la muerte, lo brutal que es realmente el Monte Everest

Solukhumbu (Nepal) - La adolescente australiana Bianca Adler (17) llegó a 8 450 metros de altura, a solo unos cientos de metros de la cima del Monte Everest. Finalmente su cuerpo no aguantó más. Más tarde contó en las redes sociales cómo le fue.

La ascensión al Monte Everest le ha dejado una fuerte impresión a Bianca.
La ascensión al Monte Everest le ha dejado una fuerte impresión a Bianca.  © Screenshot/Instagram/bianca_adler1

En un video de TikTok que se volvió viral, la joven de 17 años aparece con los labios agrietados y la voz ronca. Su rostro está hinchado y enrojecido por el viento. “Me siento terrible”, comenta Bianca.

Durante casi cuatro días se mantuvo en la temida “zona de la muerte”, esa zona por encima de los 8000 metros donde el oxígeno es tan escaso que el ser humano prácticamente no puede sobrevivir.

Adler estaba con su padre, pero él tuvo que abandonar antes debido al mal de nieve. En el descenso, Bianca también enfermó gravemente.

“A ambos nos diagnosticaron HAPE (edema pulmonar de altura) y deshidratación”, escribió más tarde en una publicación en Instagram.

El “HAPE” es una de las enfermedades de altura más peligrosas. Por la falta de oxígeno a gran altitud, los vasos sanguíneos de los pulmones se estrechan. Esto eleva la presión en los vasos pulmonares, provocando que el líquido se filtre y se acumule en los alvéolos.

No solo los pulmones sufren en la “zona mortal”.

A pesar de los peligros, cada año miles de alpinistas se dirigen a la cumbre del Monte Everest.
A pesar de los peligros, cada año miles de alpinistas se dirigen a la cumbre del Monte Everest.  © PURNIMA SHRESTHA / AFP

Incluso el cerebro apenas recibe oxígeno.
Eso provoca hipoxia, una falta de oxígeno en los tejidos, como explicó el Dr. Harly Greenberg a la New York Post.

Dolores de cabeza, náuseas o mareos son los primeros síntomas. Después puede aparecer el edema cerebral de altura: el líquido se infiltra en el cerebro, la conciencia se nubla. Los afectados empiezan a alucinar, pierden el conocimiento y, finalmente, mueren.

A esa altitud cada respiración es una lucha.
El corazón late con fuerza, los pulmones arden, el cuerpo tiembla de frío y los ojos se hinchan.
Algunos escaladores incluso llegan a quedarse ciegos temporalmente porque pequeños vasos sanguíneos del ojo se rompen.

Bianca ha superado las adversidades y ha logrado descender de la montaña. “Todavía me siento bastante enferma y extremadamente agotada, así que me estoy tomando el tiempo necesario para recuperarme”, explicó la joven de 17 años en Instagram.