Delante de toda la familia: la abuela Ann arruina el pastel de cumpleaños
Missouri (EE. UU.) – ¡Esta fiesta de cumpleaños se salió totalmente de control! Por suerte, algunos invitados grabaron la escena con el móvil y la subieron después a Instagram. Como recompensa, obtuvo más de 50 millones de reproducciones.
La familia Hyde se reunió a finales de noviembre alrededor de la mesa del café para celebrar el cumpleaños del papá David. También estaban presentes su esposa Ingrid (58), su hija Kristina (19), su hermano gemelo Tyler, un primo y la madre de David, la abuela Ann.
Como cada año, la abuela había preparado un pastel de “Baked Alaska” para su hijo y, según la tradición, quería encender la obra de arte de hielo y merengue, recién rociada con un chorrito de licor, con un encendedor.
El problema fue que la abuela Ann no se había puesto los lentes. Vertió demasiado licor sobre el pastel, el sueño de hielo se prendió en llamas. Cuando su hijo David intentó ayudar, golpeó torpemente la mano de su madre, se derramó aún más licor sobre el pastel y avivó el fuego. Ahora también la servilleta y los cubiertos ardían intensamente.
En la mesa se desató el caos, incluso el gato de la familia salió corriendo. “Había pánico mientras todos tratábamos de averiguar qué hacer”, contó la nuera Ingrid en una conversación con People.
La familia Hyde apaga el incendio de la tarta juntos, y la abuela Ann se quema la mano.
Mientras la nieta Kristina, el hermano Tyler y el primo sacaban sus teléfonos para capturar las escenas salvajes, el resto de la familia se ocupaba de las llamas.
Mientras la abuela Ann tuvo la gloriosa idea de colocar el pastel quemado sobre una silla de mimbre, el cumpleañero David trataba de salvar los platos y cubiertos de la mesa. Su esposa Ingrid, mientras tanto, golpeaba las llamas con un guante de cocina.
Al final, el trabajo en equipo dio sus frutos: se logró apagar el incendio del pastel. Por suerte, los daños fueron limitados. Lo peor le ocurrió a la abuela Ann, quien se quemó ligeramente la mano.
Por cierto, su “Baked Alaska” quedó arruinado. Sin embargo, según Ingrid, todos se dieron “uno o dos bocados”. La abuela Ann, sin embargo, no se lo perdió y volvió a hornear el pastel unas semanas después del fiasco.