Similar a los humanos: Por qué las hembras de gorila siguen viviendo mucho tiempo después del último parto
De Marco Rauch
Leipzig/Torku - Aunque desde el punto de vista biológico es poco habitual para los animales , las hembras de gorila de montaña pueden seguir viviendo muchos años después de su última reproducción, al igual que los humanos.

Esto muestra un estudio publicado en la revista especializada Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) del Instituto de Biología de la Universidad de Turku en Finlandia y del Instituto Max-Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig .
Los investigadores analizaron datos de vida y comportamiento de 25 gorilas de montaña salvajes en el Parque Nacional Bwindi Impenetrable, Uganda, durante más de tres décadas. Según los resultados, siete de las hembras estudiadas vivieron más de diez años después de su último parto, más del doble del intervalo medio entre dos nacimientos. Seis de esos individuos superaron los 35 años, la edad reproductiva más alta jamás observada en gorilas de montaña.
Dado que, según los estudios, las hembras de gorila en estado salvaje rara vez alcanzan los 50 años, esos años postreproductivos —es decir, los años de vida después de la fertilidad— representan al menos una cuarta parte de su vida adulta.
Los investigadores discuten varias posibles explicaciones de por qué las hembras de gorila continúan viviendo mucho tiempo sin reproducirse, a pesar de que, desde el punto de vista evolutivo, no parece aportar ventaja a la especie. La llamada hipótesis de la abuela parte de la idea de que las hembras viven más tiempo para ayudar a sus nietos, ya sea mediante protección o transmisión de conocimientos. Esta hipótesis también se ha propuesto para ballenas y humanos.
¿Cómo se produce el efecto abuela?

Según los expertos, el efecto de la abuela en los humanos probablemente se deba a que las abuelas comenzaron a cuidar a sus nietos desde los primeros tiempos de la historia. La infancia humana es relativamente larga porque el sistema nervioso necesita mucho tiempo para madurar. En esas condiciones, la probabilidad de supervivencia de la descendencia era mayor si la abuela podía cuidar a los nietos durante el mayor tiempo posible y aliviar a sus hijas, según la teoría.
Sin embargo, ese tipo de ayuda intergeneracional es poco probable en los gorilas, ya que tanto hembras como machos suelen abandonar sus grupos de nacimiento antes de reproducirse y, por lo tanto, viven menos frecuentemente con parientes, afirman los investigadores.
Les parece más plausible la hipótesis materna. Esta sostiene que las hembras mayores dejan de reproducirse para ahorrar energía y otros recursos, invirtiéndolos en sus descendientes ya existentes. De hecho, las observaciones demuestran que las madres siguen desempeñando un papel importante incluso con animales adultos, y que las hembras que ya no se reproducen suelen estar en mejor condición física que las hembras mayores que aún se reproducen.
Los científicos también consideran otra causa posible.
Los investigadores también consideran posible que la larga vida después de la reproducción en los gorilas no sea una característica evolutiva intencional, sino un subproducto de una mayor longevidad. En la naturaleza, muchos animales mueren jóvenes. Los genes que solo causan problemas en la vejez no son eliminados por la selección.
Sin embargo, si los animales viven más tiempo hoy —por ejemplo, debido a una menor cantidad de depredadores o a mejores condiciones—, esos efectos tardíos pueden manifestarse, como la supervivencia prolongada mucho después del fin de la reproducción.