Virginia (EE. UU.) – Justo antes de su castración, los nuevos dueños de Gracie se dieron cuenta de que ya era demasiado tarde. Mae y su esposo, de West Virginia, habían adoptado a la hembra golden retriever de sus vecinos hace poco, cuando notaron que estaba ganando peso. Cuando Gracie dio a luz a diez cachorros un tiempo después, sus nuevos dueños se preguntaron aún más quién sería el padre de los pequeños, ya que se veían muy diferentes a su madre golden retriever.

Sin excepción, todos los cachorros tenían el pelaje oscuro. Sus hocicos eran considerablemente más largos que los de un Golden Retriever puro, con los que apenas compartían rasgos visuales.

Como la mayoría de los perros pueden andar sueltos en West Virginia —Gracie, por cierto, no—, ella recibía visitas con más frecuencia en el jardín de sus dueños. Así que había varios machos que podrían ser el padre de los diez cachorros.

«En aquel entonces no nos molestaba que los “amigos” del vecindario vinieran a jugar. El Sheltie, el Border Collie, el Labrador y un viejo Beagle de la zona solían acercarse a jugar a la pelota con Gracie», explicó Mae en una entrevista con Newsweek.

Si bien la estadounidense logró descartar rápidamente a algunos de los posibles padres, eso no aclaró la situación.

"Sabía con certeza que el labrador estaba castrado y que el beagle era demasiado pequeño", concluyó Mae ante la revista estadounidense.

Sin embargo, añadió: "El sheltie y el border collie tenían ambos el pelaje oscuro, así que podía ser cualquiera de los dos".

Finalmente, varios análisis de ADN aclararon la situación. "Mis amigos y mi familia estaban convencidos de que el padre tenía que ser el border collie", dijo Mae. Pero ella había sospechado del sheltie desde el principio.

Y así fue. Tres semanas después de los análisis, el sheltie resultó ser el verdadero padre de los cachorros: ¡misterio resuelto!