Golden Retriever tiene que despedirse de la abuela: su reacción hace que millones se identifiquen.

Boston (Massachusetts/EE. UU.) – Al Golden Retriever Wally realmente no le resulta fácil la vida. Y sin embargo, no es tan complicado hacerlo feliz: basta con una sola visita a su querida “abuela”.

¡El Golden Retriever Wally odia las despedidas de su persona favorita!
¡El Golden Retriever Wally odia las despedidas de su persona favorita!  © TikTok/Screenshot/wally.meets.world

En un video publicado en TikTok se ve al perro sentado en un coche. Su cabeza descansa en la ventana abierta y su mirada está desolada.

La razón: tiene que despedirse de la abuela de la familia, con quien ha pasado las últimas horas. Y eso le parte el corazón.

«Oh, amigo, estás tan triste», dice la anciana pensativa antes de darle un beso en la cabeza. Un gesto amable, aunque a Wally no le sirve de nada. El dolor de tener que decir adiós a su mejor amiga es demasiado grande.

«Si «abuela» significa diversión, ¿por qué entonces tenemos que dejarla?», escribieron sus dueños desde su perspectiva en la descripción del clip, que ya ha sido visto más de 11,1 millones de veces.

Pero a todos los que se han contagiado del ánimo del cuadrúpedo: ¡no se preocupen! ¡Al día siguiente, el golden retriever volvió a sonreír!

Golden Retriever Wally sigue estando terriblemente triste incluso horas después de la despedida.
Golden Retriever Wally sigue estando terriblemente triste incluso horas después de la despedida.  © TikTok/Screenshot/wally.meets.world

El clip del Golden Retriever se vuelve viral en TikTok

Después de un día, el mundo de Wally, el Golden Retriever, vuelve a verse completamente diferente.

¡La alegría es enorme cuando el Golden Retriever Wally ve a su "abuela".
¡La alegría es enorme cuando el Golden Retriever Wally ve a su "abuela".  © TikTok/Screenshot/wally.meets.world

En un segundo video, publicado solo unas horas después del primero en la cuenta de TikTok, se ve a Wally triste sentado en el sofá de la familia. Su mirada está fija en el suelo, parece sumido en una profunda tristeza.

—¿Qué pasa, grande? ¿Por qué estás tan triste? —le pregunta su dueña, intentando captar su atención. —¿Estás esperando a que llegue alguien especial?

En cuanto la joven pronuncia esas palabras, Wally parece entender exactamente lo que ocurre. Emocionado levanta la cabeza y mira hacia la puerta de entrada, solo para, unos minutos después, saltar de alegría.

¡Su “abuela” ha llegado! El perro se transforma por completo, comienza a mover la cola frenéticamente y presiona su hocico contra su cadera.

Poco después, él vuelve al coche. Esta vez, sin alejarse de su "abuela", sino yendo directamente con ella a su casa. Cuando su dueña y su dueño se despiden de él, Wally les lanza una sonrisa traviesa.

Parece que decir adiós a sus "padres" no le resulta nada difícil.