Un gato con una enfermedad terminal debe ser sacrificado; ahora Akina necesita un milagro navideño.
Dipperz - La asociación "Escotilla de bebé para cachorros y gatitos necesitados y huérfanos" en el este de Hesse tiene un nuevo integrante gravemente enfermo que ha escapado literalmente a la muerte.
Akina es la preciosa gata bengala que, lamentablemente, llegó a los protectores de animales en un estado muy deplorable.
Pesa apenas un poco más de dos kilogramos y tiene fiebre de más de 40 grados, informa Anke Hofmann, presidenta de la asociación, en una entrevista con TAG24 .
Inmediatamente la llevaron a la clínica veterinaria, pero allí no le dieron esperanzas y le recomendaron sacrificar a Akina.
Sin embargo, Anke no aceptó esa opción y la llevó al veterinario Michael Eberhart, quien normalmente cuida de sus “gatitos de urgencia”. Entonces llegó la siguiente noticia desalentadora: al igual que dos de los otros gatos de Anke, Akina también estaba infectada con la mortal enfermedad felina FIP.
Así comenzó la lucha por su vida, una que Akina estuvo a punto de perder. No comía y tuvo que ser alimentada mediante inyección. El sábado, cuenta Anke, ella y el veterinario Eberhart acordaron que la gata sería sacrificada si su estado no mejoraba antes de la noche.
Y entonces la sorpresa: ¡Akina recuperó el apetito y realmente pudo volver a comer! Michael Eberhart logró lo imposible, estabilizando a la gata lo suficiente como para que volviera a alimentarse.
Ahora los defensores de los animales esperan donaciones para el gato gravemente enfermo.
Ahora Akina está recibiendo atención médica y quizás, por fin, pueda conocer la vida desde otro lado. Pero si eso llegará a suceder, está escrito en las estrellas.
Porque su vida sigue pendiendo del proverbial “hilo de seda”.
«Por eso les pedimos ayuda y esperamos poder crear un milagro navideño para Akina», se dirige Anke a los amantes de los animales.
Todos los que quieran colaborar pueden hacerlo a través de este enlace de PayPal o a la cuenta DE75 5306 2350 0000 0738 65.
Una terapia prolongada debería salvar a la gatita ahora. Y este tratamiento, al igual que el de sus dos compañeros de sufrimiento —el gatito «Besen» y la pequeña gata Sissi— conlleva costos extremadamente altos.
¡Ya después del primer fin de semana de Akina con Anke y su asociación, que depende de donaciones, se registraron gastos veterinarios de 1.700 euros para la gata! Y esos son gastos que Anke y su asociación apenas pueden asumir.
En caso de preguntas, la presidenta Anke Hofmann está disponible personalmente.
¿Tenéis más preguntas para Anke? Está disponible para vosotros por teléfono (0152/06925144), por WhatsApp o correo electrónico. También podéis encontrar más información en la página web de la asociación.