Fotógrafa quiere fotografiar orcas, pero de repente se convierte en rescatista.

Seattle (Washington/EE. UU.) – ¡Qué momento en alta mar! Una fotógrafa de vida salvaje solo quería pasar unas horas tranquilas en el agua, y de repente se encontró en medio de una cacería de unas orcas.

Sin la ayuda de la fotógrafa, la pequeña foca se habría convertido en alimento para orcas. (Foto simbólica)
Sin la ayuda de la fotógrafa, la pequeña foca se habría convertido en alimento para orcas. (Foto simbólica)  © ROBYN BECK / AFP

Charvet Drucker estaba navegando en una pequeña barcaza de alquiler en el lago Salish, al noroeste de Seattle, en el estado de Washington de EE. UU., según informa AP News.

Entonces aparecieron: al menos ocho orcas, muy juntas y con una misión clara. Sus movimientos y los potentes golpes de sus colas indicaban que estaban en plena caza.

Drucker sacó su cámara. Y, efectivamente, entre las aletas dorsales negras luchaba una pequeña foca por sobrevivir. Una foto muestra cómo es lanzada por el aire, impulsada por las olas y las orcas.

Cuando las máquinas del bote —según lo estipulado— se detuvieron, la foca fugitiva se acercó.

Unos segundos después, agotada, trepó a la plataforma trasera del bote, el último ancla de rescate en el océano embravecido.

Sin embargo, las orcas no aflojaron.

Las orcas emplearon una táctica de grupo que los investigadores documentan desde los años 80: el “lavado de olas”. Los animales se sumergen de forma escalonada, generan ondas que hacen tambalear barcos o bloques de hielo, de modo que la presa se desliza.

Exactamente eso fue lo que ocurrió. La foca volvió a deslizarse al agua, pero logró regresar al bote. Durante unos 15 minutos se sucedió un tenso vaivén. Entonces las orcas se dieron por vencidas y siguieron su camino.

«Definitivamente soy del equipo de las orcas, todos los días, a cualquier hora. Pero cuando esa foca estuvo en el bote, de alguna forma cambié al equipo de las focas», explicó Drucker en una entrevista con AP News.