Una esquiadora de fondo rompe el silencio sobre su enfermedad mental: "A menudo pensaba que iba a morir"
Östersund (Suecia) - Se la consideraba uno de los talentos más prometedores del esquí de fondo mundial, pero su cuerpo lleva tiempo frenándola. Ahora, Ida Dahl (29 años) ha dado una visión profunda, a veces aterradora, de su vida interior.

La sueca se sinceró valientemente en un post en Instagram , en el que abordó sus desafíos, especialmente en el aspecto mental.
"La temporada 24/25 está llegando a su fin y ni en mis sueños más salvajes podría haber imaginado el infierno que sería este año. Ha sido un año de miedo, preocupación, ansiedad, lágrimas y un cansancio absolutamente adormecedor", comenzó diciendo.
No podía contar las veces que había roto a llorar de miedo, "cuando mis piernas ya no podían sostenerme, mi corazón se aceleraba, el mareo y el cansancio me paralizaban y sentía como si alguien estuviera sentado sobre mi pecho", escribió.
En los últimos años, a menudo se sentía débil, la acosaban enfermedades y lesiones, y a finales de 2024 ya sospechaba que nada de esto podía ser una coincidencia.
Ida Dahl rompe su silencio y revela palabras sinceras sobre su enfermedad mental

"No es sólo mala suerte. Es más bien porque solía ser un poco demasiado ansiosa y ahora tengo que pagar por ello", declaróa Proxcskiing.
Su despegue internacional parecía atisbarse en 2023, cuando logró buenos puestos en la Copa del Mundo. Pero en lugar de ir hacia arriba, las cosas siguieron yendo cuesta abajo para la sueca, tanto física como mentalmente.
"No quiero saber cuántas veces he pensado y aceptado que iba a morir. Y el número de horas que he pasado al teléfono con mis seres queridos porque la soledad y el miedo me carcomían va sin duda en mi factura telefónica", escribe con palabras aterradoras pero brutalmente honestas sobre su estado la temporada pasada, que tuvo que abandonar antes de que acabara el año.
Estar agotada puede parecer sencillo, dice, pero nadie que no lo haya experimentado por sí mismo puede entenderlo. "El camino de vuelta es largo, imprevisible y duro, pero probablemente aprenda muchas cosas por el camino que llevaré siempre conmigo. Por último, pero no por ello menos importante, adquieres una nueva perspectiva de la vida, y a fin de cuentas soy muy afortunada de tener la vida que aún tengo junto a ella", continúa Ida Dahl.
Pero hay algo que nunca sentirá: Gratitud por haber tenido que pasar por todo esto, porque "deseo que nadie tenga que vivir esto nunca".