Londres (Inglaterra) - En los Juegos Olímpicos de verano de 2012 en Londres, los aficionados locales seguían animándole, pero ahora no tiene ninguna simpatía. La ex estrella de la natación Antony James (34) ha sido condenado a 21 años de prisión en Inglaterra por tres delitos de violación y tres delitos sexuales con menores.

Entre 2012 y 2022, es decir, durante diez años, el británico abusó de dos niñas que tenían menos de 16 años al comienzo del calvario.

El hombre, que competía en los 100 metros mariposa en Londres, no sólo violó a las dos menores, sino que las obligó a enviarle imágenes y vídeos de contenido sexual.

Las esposas de James volvieron a encajar en 2022 y el juicio en Inglaterra llegó a su fin el miércoles. Lo más repugnante fue que el joven de 34 años se jactó de sus delitos y siguió afirmando que los actos habían sido consentidos durante más de diez años.

Sólo confesó la acusación de producir pornografía infantil, por lo demás no mostró ningún remordimiento, pero informó de que había atado y estrangulado a las dos chicas, lo que había sido su deseo. También había hecho tríos con ellas. Una de las víctimas también habría sido obligada a mantener relaciones sexuales con otros hombres.

Horrible: como negó parcialmente los delitos, sus víctimas tuvieron que declarar ante el tribunal. Sus historias fueron desgarradoras para todos los implicados.

"Me arrebataron mis años de formación. Tenía la esperanza de que algún día mis células sanarían para tener un cuerpo que nunca hubiera sido tocado por ti y que estuviera limpio de ti", declaró una de las mujeres. Todavía sufre ansiedad y ataques de pánico.

Inicialmente, James afirmó durante el juicio que no sabía que sus víctimas eran menores de 16 años cuando comenzaron los terribles delitos. Pero el andamiaje de mentiras se derrumbó ante el tribunal.

"Este procesamiento no habría sido posible sin el valiente testimonio de las jóvenes implicadas", declaró Gemma Kneebone, de la Fiscalía británica.

En el momento de su detención, James se estaba formando como agente de policía en Devon y Cornualles. Ahora pasará las próximas dos décadas en prisión preventiva.