Irlanda del Norte - Rebecca McBride decidió estudiar biología al salir de la escuela. Poco antes de terminar su doctorado, esta norirlandesa lo dejó todo y montó su propio negocio. Una decisión que mereció la pena.

"No tengo ni un solo sábado libre hasta, creo, septiembre", declaró la joven de 26 años a la revista People en una entrevista.

Hace unos dos años, cuando todo empezó, el mundo parecía diferente. Rebecca, que entonces cursaba el sexto año de universidad, tenía la vista puesta en su doctorado, pero también se sentía insatisfecha y estresada. Tras pensarlo detenidamente, tomó una decisión innovadora: ¡salir de la rutina!

La norirlandesa aparcó sus estudios, fundó su propia empresa y se dedicó a cuidar perros. Sus futuros clientes: Parejas camino del altar.

"Trabajaba de camarera en una boda y los invitados trajeron a su perro . Tenía que servir bebidas y otras cosas, pero me sentí atraída por el perro", explica Rebecca. Así nació su idea de negocio.

Fue un camino pedregoso antes de que su idea diera resultado. La joven de 26 años fue de puerta en puerta y tuvo que labrarse una reputación. Rebecca acudió a ferias de bodas, puso anuncios y se promocionó a sí misma y a su pequeño sueño en TikTok e Instagram .

Dos semanas después de establecerse, la primera reserva llegó a la bandeja de entrada de la norirlandesa.

(También) gracias a Rebecca, la boda de la pareja fue todo un éxito. Mientras sus dueños se casaban, ella cuidaba de sus amigos de cuatro patas. "Estaban encantados de que su perro formara parte de su día", dice esta joven de 26 años.

Hoy tiene una media de tres trabajos a la semana, e incluso recibe solicitudes del extranjero, como España e Italia. Esta es razón suficiente para que Rebecca quiera ampliar su negocio y contratar a más empleados.

La cuidadora de perros no se arrepiente de haber dejado la universidad: "Sé valiente y haz caso a tus instintos. No tiene sentido quedarse en algo que te hace infeliz", afirma esta norirlandesa.