Illinois (EE.UU.) - A una joven de Aurora, en el estado norteamericano de Illinois, le recordaron recientemente su trabajo de hace tres años y medio. El motivo le causó fuertes dolores y noches de insomnio.

Cristina Adame se ganaba la vida como camarera en un restaurante. Cuando estaba limpiando los cristales rotos, se produjo el desastre: una astilla se le clavó en el dedo índice.

Pero Cristina no se dio cuenta de nada. No fue hasta octubre del año pasado cuando la astilla llamó la atención. La estadounidense contó a Newsweek que, de repente, sintió un fuerte dolor.

Además, se le había formado un gran bulto en un lado del dedo. "Junto con lo que parecía un pequeño punto de sangre seca en el centro", dijo la joven.

Cristina fue al médico, pero éste no reconoció nada grave -desde luego no un fragmento de cristal- y le dijo que se trataba de una ampolla de herpes. Se suponía que la inflamación se curaría en unas semanas. Y así fue, hasta que los problemas reaparecieron en marzo.

Se le formó un bulto aún mayor, Cristina volvió al médico y pidió una segunda opinión. El médico cogió un bisturí y le abrió el dedo. No encontró nada.

No fue hasta semanas más tarde, cuando la americana estaba fregando los platos, que descubrió un pequeño agujero en el lateral de su dedo índice. Cristina hurgó en él, se desprendió un trozo de piel y lo mordió para extraerlo.

"Entonces sentí y oí un fuerte crujido. Apreté el dedo y ¡he aquí que salió el cristal de hace tres años!", dijo. Luego compartió la alocada historia con sus seguidores en TikTok . El post ha sido visto cerca de 3,8 millones de veces y se ha convertido en viral.

Hoy, Cristina está feliz de seguir viva y de que por fin se haya resuelto el caso. Numerosos usuarios celebraron su historia y compartieron experiencias igual de curiosas. "Nuestros cuerpos molan mucho", decía un usuario resumiendo las historias.