EE. UU . - Un joven estadounidense se quejó durante años de "síntomas gripales" y documentó su malestar. Entonces, el joven de 22 años fue al médico y le dieron un diagnóstico sorprendente.

Debilidad, secreción nasal o picor de ojos: siempre que el estadounidense tenía un orgasmo, se sentía mal después.

Según la revista American Journal of Case Reports, los primeros síntomas aparecieron entre dos y tres horas después de la eyaculación. Entre ocho y diez horas después del clímax, el joven de 22 años sufría dolores abdominales y musculares, y a veces incluso perdía el conocimiento.

Según People, algunos de sus síntomas duraron hasta tres días. Ir a trabajar parecía imposible, y la vida amorosa del joven también se resintió mucho.

Un día, el joven de 22 años pidió consejo al "Dr. Google". Esto hizo sospechar que podía estar sufriendo una enfermedad bastante rara: el síndrome de enfermedad postorgásmica (POIS).

Una visita a un especialista debería aportar por fin claridad. Los exámenes -incluidas las pruebas estándar de alergia o la determinación de sus valores sanguíneos- no revelaron ninguna anomalía.

Sin embargo, los médicos descubrieron sustancias sospechosas en el cuerpo del joven de 22 años que siempre se liberaban cuando el paciente se había masturbado poco antes.

Al final, el sorprendente resultado fue claro: al estadounidense se le diagnosticó alergia a sus propios orgasmos. ¿Y ahora qué?

Los médicos decidieron administrar anticuerpos a su paciente. Y he aquí que el tratamiento funcionó. "El paciente no presenta síntomas y se siente cómodo con la actividad sexual", según la revista American Journal of Case Reports.

La recomendación de los médicos: si el joven de 22 años toma las pastillas con regularidad, ¡tendrá mejores orgasmos!