Un hombre entra en coma tras un accidente: cuando despierta, ¡piensa que estamos en 1980!

Roma (Italia) - Luciano D'Adamo fue atropellado por un coche en Roma en 2019 y cayó en coma durante varios días. Cuando el italiano despertó, había olvidado 39 años de su vida.

Luciano D'Adamo fue hospitalizado en coma durante varios días. Su vida cambió radicalmente tras el accidente. (imagen simbólica)
Luciano D'Adamo fue hospitalizado en coma durante varios días. Su vida cambió radicalmente tras el accidente. (imagen simbólica)  © Jens Kalaene/dpa

Hace cinco años, cuando se despertó en el hospital, este hombre de 68 años estaba convencido de que tenía 24 años, vivía con sus padres y estaba prometido con una chica de 19 años. En resumen, creía que era 1980.

En la clínica, pidió a una enfermera que informara a su madre. Sin embargo, no fue su madre quien entró en la habitación, sino una "desconocida", según ha contado ahora D'Adamo al diario"Il Messagero". "Me llamó Luciano. Y yo me preguntaba cómo sabía mi nombre". La supuesta desconocida era su mujer.

Poco después apareció su hijo, de 35 años, al que D'Adamo tampoco reconoció. "Pero, ¿cómo podía ser mi hijo un hombre que había nacido mucho antes que yo?", se preguntó entonces el hombre de 68 años.

Cuando el italiano se miró al espejo por primera vez tras el coma y vio sus canas, empezó a gritar a voz en grito. "El joven de 24 años se había convertido en un hombre de 63 y comprendió que realmente era así", recordó D'Adamo en el canal de televisión "Rai".

D'Adamo tiene que volver a acostumbrarse a la vida normal

A sus 68 años, tiene que volver a acostumbrarse a utilizar un teléfono móvil. (imagen simbólica)
A sus 68 años, tiene que volver a acostumbrarse a utilizar un teléfono móvil. (imagen simbólica)  © Sina Schuldt/dpa

Pero no sólo no reconocía a su propia familia. Tampoco recordaba acontecimientos importantes como la caída del Muro de Berlín en 1989 o los dos Mundiales de fútbol de Italia. Los teléfonos móviles y el euro eran completamente ajenos a D'Adamo.

Desde entonces, el romano intenta recuperar el control de su vida. Todavía tiene que acostumbrarse a la vida cotidiana moderna.

"De vez en cuando me encuentro con alguien que me saluda. Debe de ser un viejo amigo, pero no sé quién es. Así que, por educación, finjo reconocerle y le devuelvo el saludo", dice D'Adamo.