Turista (†22) empalado con un colmillo: PETA critica los campamentos de elefantes

Por Carola Frentzen

Bangkok (Tailandia) - En respuesta a la muerte de un turista español en un campamento de elefantes en Tailandia, los defensores de los derechos de los animales han criticado duramente las instalaciones populares entre los turistas.

Un mahout se baña con su elefante en un campamento de elefantes en el sur de Tailandia, cerca de Takua Pa.
Un mahout se baña con su elefante en un campamento de elefantes en el sur de Tailandia, cerca de Takua Pa.  © Carola Frentzen/dpa

El animal hirió mortalmente al estudiante de 22 años el viernes en Koh Yao Yai, una isla del sur del país.

El trágico incidente es "un crudo recordatorio de la crueldad y el peligro asociados al cautiverio de animales salvajes", explicó la organización de defensa de los derechos de los animales PETA.

"Los elefantes son criaturas muy inteligentes y sensibles que sufren enormemente en entornos antinaturales donde se les obliga a interactuar con los humanos, lo que a menudo provoca comportamientos impredecibles y peligrosos", declaró Jason Baker, vicepresidente de campañas internacionales de PETA Asia.

Al parecer, el elefante golpeó a la turista con la trompa.

El accidente ocurrió delante de su novio y otros turistas mientras la mujer se bañaba con el elefante, uno de los momentos culminantes de la visita a estos centros.

Los campamentos de elefantes son una importante fuente de ingresos

Varios miles de elefantes domesticados viven con sus mahouts (cuidadores de elefantes) en Tailandia. Los innumerables campamentos de elefantes, que en su mayoría se anuncian como centros de rescate de animales rescatados, son una importante fuente de ingresos para los turistas.

El contacto directo con los paquidermos encabeza la lista de deseos de muchos viajeros a Tailandia, y están dispuestos a pagar por ello. Las excursiones de medio día suelen costar el equivalente a 60 euros como mínimo. A cambio, los visitantes pueden dar de comer a los animales, pasear por el campamento con ellos y, a menudo, darse un chapuzón juntos en ríos o estanques.

"Los auténticos santuarios sólo ofrecen visitas de observación y mantienen a los visitantes a una distancia razonable de los elefantes para no molestarlos ni ponerlos en peligro", subraya Baker.