Canadá - ¿Daños permanentes por la vacuna? Una joven de Canadá fue vacunada contra el Covid , a consecuencia de lo cual sus pechos crecieron hasta alcanzar un tamaño enorme en pocos meses. La ciencia se enfrenta a un misterio.

En septiembre de 2022, una mujer canadiense de 19 años se vacunó con la vacuna Covid-19 de Pfizer. Una semana después, sintió un hormigueo en los pechos. En seis meses, sus pechos pasaron de una copa B a una GGG. Pero su médico de cabecera ignoró su preocupación.

Así lo informan científicos de la Universidad de Toronto en un artículo publicado en la revista especializada"Plastic & Reconstructive Surgery-Global Open".

Según el artículo, la paciente, de 19 años, gozaba de excelente salud y aún no había dado a luz. Según el informe, su historial médico era normal y no había indicios de cáncer.

Lo cierto es que la paciente fue vacunada con la vacuna de Pfizer-BioNTech y los primeros síntomas aparecieron poco después. Tras la segunda vacunación, el crecimiento de las mamas se aceleró y sólo se estabilizó al cabo de seis meses.

Médicos de la Universidad de Toronto han informado de un caso de "gigantomastia inexplicable", una enfermedad extremadamente rara que provoca un crecimiento rápido, difuso y excesivo de las mamas de los afectados.

Una causa conocida de gigantomastia es la hiperplasia estromal pseudoangiomatosa (HEP). Se trata de un trastorno hormonal que provoca crecimientos benignos en las mamas.

En este caso concreto, todo indica que existe una conexión entre el repentino crecimiento mamario de la joven y la vacuna de ARNm de Pfizer-BioNTech.

Los médicos afirman: "Este caso es el primero que demuestra una relación temporal entre la gigantomastia asociada al PASH y una vacuna."

Sin embargo, los médicos también señalan que la causa de la gigantomastia sigue sin estar clara. Es necesario seguir investigando.

Tras once meses de sufrimiento, numerosas consultas con especialistas y tratamientos farmacológicos infructuosos, la paciente se ha sometido a una reducción quirúrgica de las mamas.

Los médicos de la Universidad de Toronto afirman en su informe que "su preocupación por los posibles daños causados por la vacuna no fue atendida adecuadamente por su médico de cabecera, lo que le llevó a desconfiar del sistema sanitario".