Kitzbühel - Cuesta creer lo que está ocurriendo en el circo del esquí alpino en las últimas semanas y meses en cuanto a caídas graves. En el legendario Streif de Kitzbühel, varios atletas han sufrido ya graves lesiones de rodilla durante los entrenamientos.

El tricampeón del mundo Alexis Pinturault (33) y su compañero de equipo francés Florian Loriot (26) también sufrieron fuertes caídas en el super-G el viernes por la mañana. Hace sólo un año, Pinturault se había roto el ligamento cruzado en Wengen.

Ambos atletas tuvieron que ser trasladados en helicóptero de rescate. Loriot recibió un golpe en una curva en S después de la famosa Seidlalmsprung, la fijación de uno de sus esquís se soltó y el francés se golpeó la cara contra la pista con toda la fuerza.

El equipo de rescate acudió inmediatamente y enseguida quedó claro que el helicóptero tendría que despegar. Su compañero de equipo y los dos austriacos Lukas Feuerstein (23) y Otmar Striedinger (33) ya se habían estrellado en el mismo lugar.

Mientras que Feuerstein y Striedinger pudieron liberarse de la red de seguridad sin problemas y bajar esquiando por su cuenta, las cosas pintaban muy distintas para Pinturault.

El atleta, de 33 años, se quedó atascado en una puerta, se torció por completo y se cayó.

El medallista de plata en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang quiso levantarse enseguida, pero luego se dio cuenta de que no podía hacerlo.

Una vez más, hubo que llamar a los servicios de rescate y el helicóptero tuvo que despegar. Aún no está claro el grado de gravedad de sus lesiones y las de Loriot, pero la cosa no pinta bien para ninguno de los dos.

El suizo Marco Odermatt marcha en cabeza, por delante del austriaco Raphael Haaser y del suizo Stefan Rogentin.

Ya hubo graves caídas en los entrenamientos del miércoles, en los que el alemán Jacob Schramm (26), entre otros, se rompió los ligamentos cruzados de ambas rodillas, poniendo fin a su temporada.

Los exámenes permitirán saber si los dos franceses se librarán.