EE. UU. - Hace unos meses, el príncipe Harry (40) tuvo que retirarse de la organización benéfica que cofundó, la "Fundación Sentebale", y ahora está profundamente conmocionado porque no puede continuar su trabajo allí.

Un insider declaró a Page Six que "no hay forma en el mundo de que la familia real vuelva a colaborar con Sentebale, al menos no mientras Sophie Chandauka y sus nuevos secuaces estén en el poder".

Se dice que Harry está devastado, ya que con su renuncia también dejó atrás parte de su legado.

Aun así, quiere seguir adelante con la misión de su antigua organización benéfica.

"Es correcto decir que el duque está naturalmente conmocionado por todo este asunto; sin embargo, sigue absolutamente decidido a continuar el trabajo que comenzó hace 19 años, es decir, apoyar a los niños de Lesotho y Botsuana que viven con VIH/SIDA y luchan contra problemas psicológicos", explicó un portavoz al periódico sensacionalista.

A pesar de todos los obstáculos, quiere seguir luchando por los niños.

La razón del repentino retiro del duque fueron las acusaciones de acoso laboral por parte de la presidenta, la Dra. Sophie Chandauka (47).

Ella lo acusó de abuso de poder, le imputó sexismo y racismo. En una entrevista en un estudio de televisión, incluso habló de "acoso a gran escala".

Pero solo unos días después, la situación dio un giro: Ahora se le acusaba a ella de haber jugado la "carta del racismo" para presionar al príncipe para que abandonara la organización.

La razón probable de la declaración repentina del príncipe es que una autoridad reguladora británica determinó, hace solo unos días, que no había indicios de "acoso sistemático" o acoso dentro de la organización, ni signos de exceso de competencias.