Accidente de fábrica o motín: ¿es el nuevo Terminator que cobra vida?

China - Una cámara de vigilancia en una fábrica china capta un momento aterrador. Un robot con apariencia humana cobra vida de repente y ataca a uno de los científicos.

Tras un breve momento de silencio, el robot comienza a moverse como por arte de magia.
Tras un breve momento de silencio, el robot comienza a moverse como por arte de magia.  © Screenshot: x.com/nexta_tv

Parece el comienzo de una película distópica de ciencia ficción. Una cámara de vigilancia filmada en un laboratorio chino muestra a dos hombres sentados frente a un robot humanoide suspendido de una grúa.

De repente, los dos trabajadores se detienen un momento y miran perplejos a la máquina que tienen delante, como si hubieran oído algo. Tras un breve momento de silencio, el robot levanta bruscamente los brazos y comienza a agitarse salvajemente.

Casi parece que haya apuntado al hombre que tiene delante, tan concentrada parece su "mirada" y la dirección de sus golpes. Los brazos de hierro de la máquina apenas alcanzan al hombre, que se levanta de la silla y retrocede.

Entonces parece que el robot va a soltarse, pero los científicos se le adelantan y lo desconectan.

Afortunadamente, ninguno de los dos resulta herido.

Sólo faltaban unos centímetros y las manos de acero del robot habrían atrapado al científico.
Sólo faltaban unos centímetros y las manos de acero del robot habrían atrapado al científico.  © Screenshot: x.com/nexta_tv
Sólo el botón de emergencia podía detener al robot salvaje en esta situación.
Sólo el botón de emergencia podía detener al robot salvaje en esta situación.  © Screenshot: x.com/nexta_tv

La suspensión es responsable del mal funcionamiento

Según el X-Post del portal de noticias bielorruso "Nexta TV", el ataque del robot al científico no fue en absoluto un ataque malintencionado, sino un mero intento inútil de evitar que se cayera. Estos robots modernos tienen una especie de módulo de equilibrio diseñado para evitar que el robot se caiga. La grúa a la que estaba sujeta la máquina la elevó unos centímetros en el aire.

El algoritmo del robot "pensó" todo el tiempo que se iba a caer e intentó recuperar el equilibrio con la ayuda de estos movimientos evasivos poco elegantes.