18 vestidos, 18 años de amor: la conmovedora tradición de un padre para su hija
EE.UU. - Todos los años, un padre cariñoso sorprende a su hija con un vestido nuevo para las fiestas. El estreno se ha convertido en parte integrante de las fiestas.

Mark Mabry no suele ser un gran fan de las tradiciones, pero hay una de la que no puede prescindir.
Según People, los padres de Mark solían regalar a sus hermanas un vestido cada año.
Cuando él y su mujer dieron la bienvenida a su hija Ava en 2006, pensó que sería divertido mantener viva la tradición.
Para la primera Navidad de Ava, le compró un vestido rojo para que fuera a la iglesia. Desde entonces, el orgulloso padre ha buscado por su cuenta cada año un vestido nuevo para su hija.
También este año, Ava, natural del estado norteamericano de Tennessee, estaba deseando enseñar el nuevo vestido a su familia.
"Es divertido, porque no sé qué me voy a poner al día siguiente", dice la joven de 18 años.
Millones de clics en TikTok para Ava y Mark Mabry

Hace un año, cuando ella consiguió su vestido número 17, ambos decidieron publicar un vídeo en TikTok . Alcanzó más de 2,8 millones de visitas.
Y añadió: "Es curioso porque la gente me ha dejado comentarios preguntándome si había algún vestido que odiara. (...) Definitivamente he tenido vestidos en los que decía: 'Este es tan del estilo de mi padre, y no es necesariamente mi estilo, pero me encanta porque es tan de mi padre'".
Después de que el vídeo se hiciera viral, Mark dijo que también se tomó un tiempo para leer los comentarios. Muchos de ellos le rompieron el corazón.
"Algunos dicen algo como: 'Mi padre nunca haría eso' o 'Mi padre ni siquiera me llama en Navidad' (...) Si tienes un padre que no es así, duele y no es justo. La gente se merece a alguien a quien querer", dice Mark.
Todos los años regalaba a Ava un accesorio junto con el vestido. En el pasado, ha sido un abrigo, un sombrero de pesca o unos zapatos. Este año, además del vestido, la sorprendió con un par de zapatos Coach plateados.
La familia conservó todos los vestidos que Mark había regalado a su hija. El primero, el rojo, lo enmarcó hace poco. Decía que quizá era su única tradición y que simplemente la quería.