Los golden retriever y los tomcats no se soportan: Lo que luego ve su dueño derrite los corazones

Georgia (EE.UU.) - Cuando su dueña, Paloma , encuentre hoy a sus dos mascotas, el gato Cilio y el perro Ollie , acurrucados el uno junto al otro, no dejará de ser un pequeño milagro para la estadounidense. Al principio, nadie creía que los amigos de cuatro patas llegarían a llevarse bien.

Al principio, el golden retriever Ollie y el gato Cilio no se gustaban nada.
Al principio, el golden retriever Ollie y el gato Cilio no se gustaban nada.  © Bildmontage/Screenshot/Instagram/goldenbearollie

Porque la historia de cómo el golden retriever y el gato naranja llegaron a conocerse fue bastante accidentada. "Cuando trajimos a nuestro cachorro a casa por primera vez, nos preocupaba cómo reaccionaría nuestra gata ", recuerda Paloma, su propietaria.

El perro Ollie se interesó mucho por la patita de terciopelo desde el primer día y quería jugar con ella, pero Cilio lo mantenía a distancia, incluso utilizando sus garras si era necesario.

Al principio, Paloma, la madre , no perdía de vista a los dos animales con su cámara , y más de una vez mostró peleas salvajes en las que el gato Cilio demostraba claramente a su compañera de piso que no tenía ganas de acercarse ni de jugar.

Pero Ollie no se rendía y seguía probando suerte.

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Los dos animales tardaron un tiempo en acostumbrarse el uno al otro. Ahora el gato y el perro son buenos amigos.
Los dos animales tardaron un tiempo en acostumbrarse el uno al otro. Ahora el gato y el perro son buenos amigos.  © Bildmontage/Screenshot/Instagram/goldenbearollie

"Ollie le trajo a Cilio su juguete y no entendía por qué Cilio no quería jugar con él", dijo Paloma en Instagram. "Les costó un poco acostumbrarse el uno al otro". Sin embargo, el golden retriever no se rindió y siguió siendo paciente.

Con el paso del tiempo, la amistad entre el gato y el perro comenzó a desarrollarse lentamente. Tras los primeros toques tentativos -y esta vez sobre todo cariñosos-, la estadounidense Paloma sorprendió de repente a sus mascotas tumbadas tranquilamente la una junto a la otra.

"Y aunque todavía se ponían de los nervios, empezaron a gustarse de verdad", cuenta la Instagrammer. De repente, Paloma ya no grababa peleas, sino momentos mimosos.

Sobre todo cuando Cilio enfermó repentinamente y estuvo a punto de morir, el golden retriever no se separó de su lado, no solo dándole cariño a su compañero de piso, sino también sirviéndole de bolsa de agua caliente viviente.

Paloma se dio cuenta de que a veces, como con los humanos, hace falta tiempo para que se forme un vínculo. En el caso de sus queridos amigos peludos, ¡incluso con un verdadero final feliz!